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La arquitectura del edificio crea un diseño sofisticado, armonioso y equilibrado. La escala humana y el paladar neutro de los materiales externos aseguran que la casa encaje con el entorno de la calle. La falta de aperturas en la fachada frontal crea una especie de santuario protegido del ruido y la actividad de la vida diaria.
Los muros de cristal de suelo a techo permiten que la luz del norte penetre en el interior. Algunas secciones que sobresalen de la primera planta y las lamas que ofrecen sombra a la fachada oeste protegen del sol más fuerte. La ventilación natural se consigue gracias a puertas correderas automáticas y al flujo existente entre los interiores.
La piscina se prolonga junto a la línea acristalada definiendo la huella del edificio. El bloque de cemento se creó específicamente para que sirviera de borde de la piscina. Los reflejos y el movimiento generado por las aguas, que empiezan en la entrada y que conducen hasta el límite de atrás, crean la ilusión de amplitud.
Una plataforma baja continua crea una conexión lineal que fluye a través de la planta baja hasta el exterior, en un patio abierto. Este elemento, versátil y horizontal, se convierte en un estante, en una chimenea, una cocina y una caseta para perros.
La escultural escalera, influenciada por la obra de David Chipperfield, se eleva en espiral y con elegancia a través del corazón de la residencia, estableciendo una relación vertical entre los espacios interiores horizontales. Un gran tragaluz circular sobre la escalera inunda la primera planta de luz natural.
Información e imágenes facilitadas por Robert Mills Architects
Más información: Robert Mills Architects / Hassell