El color blanco sirvió para unificar todos los espacios de la casa y crear así una visual continua que aumentara la sensación de amplitud. Este color se aplicó en paredes, techos y suelos. Éstos últimos se pavimentaron con una capa de resina. Incluso los armarios se integraron totalmente en este espacio, fabricándolos de suelo a techo y con accesorios ocultos para hacerlos pasar por paredes.
También se tuvo muy en cuenta que los interruptores y la calefacción pasaran desapercibidos integrándolos en la pared, en el primer caso, y optando por un sistema de calefacción de convectores bajo suelo, en el segundo.
Una parte importante del proyecto fue reducir al mínimo los detalles como los paneles de madera, las manillas de las puertas, conexiones, etc y crear un ambiente monástico y sencillo, perfecto para la relajación después de un día difícil en la oficina, y que funcionó como telón de fondo neutro para el mobiliario más escultórico.
Para dividir las zonas de estar del cuarto de baño se construyó un núcleo, que contiene armarios (alacena), nevera, etc, a un lado, y hace de pared por el otro. Este núcleo se pintó de negro mate para contrastar con las paredes, los suelos y los techos blancos. Además, este elemento se instalaron luces ocultas en su parte inferior para dar sensación de ligereza y de que flota al encender las luces.